Somos Ale y Cami, fundadoras de Boca de Dragón, dos arquitectas que deciden venir a la Argentina en búsqueda de nuevas oportunidades y experiencias. Una tarde como cualquier otra, en la que debatíamos como continuar en pie tras la ola de incertidumbre que desató la cuarentena, aquel 20 de marzo de 2020, donde todo parecía inexplicable nació este proyecto. Durante el confinamiento, esas mismas cuatro paredes que veíamos todos los días en piloto automático, pasaron de ser muros de mampostería protectores, a recrear los escenarios más increíbles. Adaptabilidad, sacrificio, y mucha constancia nos caracterizan, para nosotras cada minuto cuenta, y sabemos que todo esto que con nuestras propias manos elaboramos, podrá llegar a cada uno de ustedes para aportarles beneficios a su salud, tanto física, mental y no menos importante espiritual. Somos Boca de Dragón, creadoras de experiencias que suman a nuestro bienestar.